lunes, 4 de abril de 2011

SANTIAGO E. ANTÚNEZ DE MAYOLO RYNNING

El presidente que el Perú merece

Por: Martha Meier M Q
Sábado 2 de Abril del 2011
Este lunes cumple 98 años. Nació en Aija, Áncash. Es un hombre lúcido, inteligente y honesto. Investigador y conocedor del Perú, de su potencial ecológico y humano. Autor de importantes tratados sobre la nutrición, ciencia y tecnología de tiempos precolombinos. Propulsor de la leche materna como el mejor alimento para el cerebro en formación. Preocupado porque mientras en la mayoría de países sube el coeficiente intelectual de sus pobladores, aquí viene ocurriendo desde hace unos buenos años todo lo contrario (aquí va el asunto directo a la vena: año tras año somos menos inteligentes o, lo que es lo mismo, más brutos). Cosa que se explica por la desnutrición, la falta de estimulación temprana y la pésima calidad educativa. Él sabe qué requiere la educación peruana, tan venida a menos tras la reforma educativa del dictador Juan Velasco Alvarado, la que llevó a que el Perú sea uno de los países del mundo en que los niños y niñas estudian menos cantidad de horas (reflejado claramente en los últimos lugares que ocupamos en las pruebas internacionales de compresión lectora y razonamiento lógico matemático).
El doctor Erick Santiago Antúnez de Mayolo Rynning es el presidente por el que yo quiero votar. Es el gobernante que el Perú se mereció siempre y merece hoy. Lo único es que el sabio patriarca, no candidatea. Con él, eso del político corrupto no existiría ni en caricatura, como lo demostró en sus dos períodos congresales, a fines de los años treinta y cuarenta. Después de ese paso por la política se dedicó a investigar, divulgar, tratar de abrirnos lo ojos preocupado porque “los humanos cada día nos sentimos superiores a la naturaleza”.
Si mi buen y muy querido amigo Santiago hubiera sido presidente, hace rato seríamos parte del Primer Mundo; habríamos desarrollado por el camino de la sostenibilidad y nuestras riquezas naturales –lejos de desaparecer a pasos agigantados– proliferarían en granjas y espacios agrícolas adecuados, amén de estar en todos los anaqueles del mundo. La pobreza sería un lejano recuerdo y todas y todos los peruanos estarían bien nutridos, tendrían un coeficiente intelectual por encima del promedio y la fibra moral y física para seguir engrandeciendo nuestra nación.
Sus discursos serían muy esperados, serían en realidad clases magistrales que nadie se perdería y nos contaría, por ejemplo, “que en ciertas zonas de Ayacucho es costumbre que en las últimas semanas del embarazo y en el proceso de parto las mujeres coman olluco porque ‘ayuda a que el niño resbale’, pues promueve las contracciones”. Antúnez de Mayolo le hubiera exigido a los laboratorios Pfizer que revelarae los ingredientes del Viagra, y nos paguen regalías porque está convencido de que la planta nativa del Perú –el huanarpo macho– es el gran secreto detrás de esa pildorita y sabríamos que la mejor clínica de fertilidad está en las zonas más altas del Cusco y Puno “donde las mujeres consumen kiwicha morada con muy buenos resultados para ayudarse a quedar embarazadas”. También que “la quinua negra –casi desaparecida– cura males pulmonares, inclusive la tuberculosis”.
Este caballero de elegantes modales, brillante y de imponente porte, sabe cómo resolver y prevenir muchos problemas, aun desastres naturales, mirando a nuestro esplendoroso pasado y aprovechando las más modernas tecnologías, para estar más seguros en un territorio de clima y suelos caprichosos como el peruano. Mi presidente ideal dice sobre el bicentenario: “Cuando en el año 2021 se conmemore el segundo siglo de nuestra patria como república, solo podrán tener niveles dignos de vida aquellos quienes retomando el aprendizaje inka posean un cociente intelectual superior. Esto debe estar unido a los sólidos valores humanos incaicos y a una excelente salud para poder sobreponerse a la creciente contaminación ambiental que generamos”.