Ricardo V. Lago (*)
Faltan unos noventa días y, por consiguiente, de momento no se trata de suerte sino de calidad de los programas, credibilidad de los equipos, y escándalos que pudieran surgir dentro de los partidos y coaliciones.
La razón es que se intensificará el careo entre los rivales dentro de cada partido y entre ellos, y previsiblemente saldrán a relucir los trapos sucios y esqueletos de los armarios a diario.
Decía el maestro Luis Alberto Sánchez al respecto (Testimonio personal, tomo 6, pág. 248) que: “En el seno de cada partido surgían no ya rivalidades sino aversiones y soborno. Para ganar una preferencia se apelaba a los condenados métodos… de ofrecer dádivas, formular promesas imposibles, atar convivencias poco edificantes”. Tomen nota de las sabias palabras, que el electorado irá haciendo inventario. Ningún pronunciamiento contra la corrupción será creíble si hay corrupción durante la campaña misma. Estén seguros de que, por fortuna para el electorado, acabará sabiéndose casi todo.
¿Se puede hacer algo eficaz y contundente contra la corrupción durante el próximo gobierno? Desde luego que sí, y algo sencillo: publicar en la red, en tiempo real, todos los pagos y todas las concesiones de todos los organismos públicos. Pero no a nivel agregado sino pago por pago, sol por sol, concesión por concesión, con nombres y apellidos de cada receptor, y con los detalles del procedimiento que sustenta el pago y la concesión. Publicar en la red los nombres de todas y cada una de las personas con que los funcionarios públicos, del director general para arriba, se comunican formal o informalmente sobre temas de su encomienda. Con responsabilidad penal en caso de ocultamiento de pagos, concesiones y comunicaciones. Afortunadamente, el espacio en la red es ilimitado y gratuito. Si el gobernante quiere romper la asimetría en el acceso a la información de gobierno, lo puede hacer; en la era de internet, es acto de voluntad, no de posibilidad. ¿Tendrá algún candidato la valentía de incluir dicha propuesta en su programa?.
Leo en el programa de uno de los candidatos –no digo cuál, pero está entre los seis que van a la cabeza- catorce veces la palabra “corrupción”. Las propuestas de remedios no pasan de pura afirmación y voluntarismo. En una ocasión, se propone dotar de más recursos al Poder Judicial. Sin duda que los necesita, pero ¿qué hacer contra la corrupción dentro del Poder Judicial mismo? ¿No plagió la más alta magistratura del país, el Tribunal Constitucional, un párrafo de una sentencia del Constitucional colombiano en una resolución sobre la restitución del arancel al cemento? El lector lo puede comprobar en internet:
En cuanto a las promesas electorales, ya pasaron Santa Claus y los Reyes Magos. Ofrecer aumentos de sueldo ciegos es una estrategia equivocada y trasnochada, que ata las manos del candidato, si es elegido, y atenta contra reformas claves, como la carrera magisterial; el candidato “generoso” puede ganar votos con el colectivo agradecido, pero a costa de perder votos del resto del electorado. Cuando leo las fiestas de porcentajes para maestros, militares, policías, funcionarios, me viene a la cabeza un: ¿Y por qué no a los bomberos? ¿O van a seguir siendo los cojudos…?
Mucho mejor: sueldos dignos para los servidores públicos en función de su responsabilidad, desempeño, productividad y capacitación, y dentro de las posibilidades del erario. Y siempre en un contexto de reformas, como la de la educación pública, en marcha. Seguramente hay quienes merecen el triple o el cuádruple, y otros ni siquiera la mitad.
¿Qué candidatos se atreven a pronunciarse a favor de continuar y profundizar la reforma de la carrera magisterial?
Algo similar ocurre con el festival de cifras de crecimiento del PBI y el empleo. Uno ofrece el PBI al 8% y otro al 6%. ¿Con qué base? Prefiero al del 6% porque –siendo gratis regalar un 8%- su cifra es más probable y, por tanto, honesta. En rigor, un candidato, lo único que puede ofrecer son instrumentos de política y reformas, y no resultados. Sólo el Todopoderoso sabe cuánto crecimiento y cuántos empleos se lograrán con dichas reformas.
Ahora un tema espinoso. El nuevo presidente regional de Tumbes delega en los maestros la elección de un tema para el Director Regional de Educación (poniendo “al ratón al cuidado del queso”, en palabras de Aldo Mariátegui y la nueva alcaldesa de Lima demanda la transferencia de los servicios de educación, salud y seguridad de casi un tercio de la población del Perú. Sigue galopando la centrifugación en el Perú de los veintiséis presidentes. No leo ni escucho a los candidatos pronunciarse con contundencia sobre este descabellado proceso. ¿Hasta qué punto están hipotecados por sus alianzas con líderes y caciques regionales?
En la Asamblea Constituyente de Sánchez Cerro en 1931-32, el pensador Víctor Andrés Belaunde fue –junto con el grupo descentralista de Emilio Romero y Bustamante de la Fuente- uno de los más infatigables defensores de las tesis descentralizadoras que ha tenido la historia de la República. Sin embargo, Belaunde tenía muy clara las competencias que en ningún caso era conveniente que transfiriera el gobierno central; dos de ellas eran los proyectos de irrigación y la educación primaria. No está demás recordar sus palabras: “La reforma de Vasconcelos en México consistió en centralizar la instrucción pública- sobre todo la primaria-, y no somos ajenos a este cambio, pues el ensayo descentralizador en materia de instrucción pública en Perú fue catastrófico”. Nada nuevo bajo el sol, dice el Génesis: “Estoy de acuerdo con Hegel en que lo único que aprende el hombre de la historia es que el hombre nunca aprende nada de la historia”, sentenció George Bernard Shaw.
He cursado una solicitud para entrevistar, sobre sus respectivos programas de gobierno, a los seis candidatos presidenciales que encabezan la intención de voto. De momento, no he recibido expresión de interés de ninguno de ellos. Las bases se encuentran en mi Blog:
Respetuosamente, les pido que consideren mi solicitud y quedo a la espera.
__________________________
(*) Economista y profesor español. Ha ejercido como Jefe de los Economistas del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (1993-2003), alto funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo (1991-1993), del Banco Mundial (1985-1991), así como director de Política Económica de la Secretaría de Hacienda de México (1982-85). Entre 1987 y 1993 estuvo a cargo del despacho del Perú en el Banco Mundial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario